QUILPO...NEOLIBERALISMO,EN ESTADO PURO
Cierra la única fábrica de una ciudad de Córdoba y están demoliendo el pueblo
Un pueblo será derrumbado por la crisis económica.
Es QUILPO una localidad situada en Córdoba, la provincia que le dio el triunfo a Mauricio Macri en las elecciones.
Está ubicado a 160 kilómetros al noroeste de la capital de Córdoba, en el departamento Cruz del Eje y tiene 200 habitantes.
El abogado Pablo Olmos contó la desesperante situación que están atravesando los vecinos y vecinas del lugar, según reveló el portal 24CON.
Quilpo es un pueblo privado, ya que todo pertenece a la empresa que producía hasta ahora allí y que esta semana anunció su cierre.
"Toda la población de Quilpo se desarrolló en torno a esta fábrica, que ya tiene su tiempo y que ha pasado por varias manos. Originariamente estaba en manos de Fortabat, luego la tomó Cefas y en el último tiempo se vendieron acciones a empresas mexicanas", relató Olmos en diálogo con Víctor Hugo Morales.
"El año pasado hubo una primera parte de despidos, y hace una semana terminaron de despedir a los otros 70. Toda la población, la escuela, el club y la Iglesia están dentro del inmueble de la empresa. Ya comenzaron a demoler todo", agregó y detalló: "De la iglesia solo queda la cúpula, pero adentro está desmantelada, le sacaron los mosaicos y puertas".
Las malas noticias llegaron en 2016, cuando parte de las acciones de la empresa fueron compradas por una calera mexicana que anunció una inversión de más de 50 millones de dólares para instalar dos hornos de última tecnología de calcinación. “Creemos que la Argentina va a recuperar su dinamismo en el corto plazo. La cal es una materia prima que se usa en muchas industrias. Y consideramos que la construcción tardará un poco, pero estará también por recuperarse”, había celebrado Pedro Brandi, presidente del nuevo directorio. Pero el crecimiento nunca llegó y las caídas de las ventas motivaron a la empresa un cambio de estrategia: canalizar toda la producción desde otra planta en San Juan.
“Los primeros despidos empezaron a final del año pasado cuando cesantearon a 70 trabajadores. A medida que lograban que se fueran de las casas las demolían para que no sean ocupadas. Ahora despidieron a los últimos 70 empleados y la gente no sabe qué hacer. Además de sin trabajo se quedaron sin casa y sin pueblo”, contó Olmos, sobre la triste realidad del pueblo que tiene más de 70 años.
A la falta de trabajo se suma la falta de vivienda y una salud afectada por vivir al margen de la cantera. Según cuenta Olmos, la mayoría de los trabajadores salen de la empresa “muy estropeados” y con incapacidad laboral. “Son trabajos de cantera muy pesados que les destrozan la columna. Va a ser muy difícil que pasen un apto físico para entrar en otra empresa”, explicó el abogado.
Según el relato de los trabajadores despedidos, el año pasado la empresa contrató psicólogos para convencerlos de que buscaran un nuevo trabajo y lugar para vivir. Para Olmos, esto desmoralizó a los empleados y los desarticuló ya que no ofrecieron ningún tipo de resistencia. La preocupación de los vecinos, ahora, es qué va a pasar con las escuelas, adonde asisten chicos también de otros parajes cercanos.
En los 90's, quedaron muchos pueblos fantasmas y lamentablemente mucha gente,
volvió a votar 2 decadas después, al mismo modelo y a la misma gente....
NO APRENDIMOS NADA.