COMUNICAR, ES LA TAREA
Si pensamos en las cualidades esperables de un candidato, las que lo harían un comunicador efectivo, deberíamos pensar en un individuo carismático, que tenga gran oratoria, claridad conceptual, una sólida formación política, manejo argumental impecable, gran preparación, vastos conocimientos de las materias de que habla, un caudal energético inagotable y un voz argentina, clara y fuerte. Aparece de inmediato la figura de CFK , para cubrir todas esos requisitos.
Pero claro, de pronto caemos en la cruda realidad de que todas esas capacidades aparentemente imprescindibles se hacen añicos como una ola contra las rocas cuando vemos al gerente de la nación, un tipo incapaz, de discurso monocorde y aburrido, limitado a cuatro frases aprendidas de memoria con dificultad y una dicción que hiere los oídos, además de la cordura.
Es en ese momento cuando todas las teorías, técnicas y estrategias comunicacionales lógicas se van al diablo.
El tipo se impuso en un debate frente al candidato del FPV con chicanas burdas de libreto duranbarbista, y un beso de su esposa. Y nosotros quemándonos los sesos, buscando la estrategia.
Opino algo a título totalmente personal: no deberíamos hacernos tantos planteos, sino ser genuinos y atenernos a nuestra identidad.
¿La forma? Si, es importante, pero ya vemos que el manejo de los medios, más.
Por lo tanto lo que deberíamos hacer es mejorar la manera de difundir nuestras ideas y no cesar en su transmisión ni un segundo, pues tal parece que a ellos les da resultado, y nosotros dormimos el sueño de los justos.
Nosotros tenemos razón, pero ellos son la vecina chismosa que siembra la ruina 24x7 y a la que el vecindario da crédito.
No se cansan y no ceden, porque tienen claro cuál es su objetivo.
Quizás eso nos falta: la enjundia feroz de los que saben lo que quieren, Y LO HACEN.