GRACIAS POR LA HUMILLACIÓN PRESIDENTE
El Duque de Wellington, triunfador en Waterloo, ocupó muchas páginas de sus memorias halagando el genio militar de su adversario, Napoleón Bonaparte. También el general alemán Ludendorff confesó muchas veces su admiración por quien fuera su vencedor en la primera guerra, el mariscal francés Foch. Igual lo hizo Guderian -uno de los mayores genios militares alemanes de la segunda guerra- cuando hablaba a su estado mayor con inocultable admiración por el mariscal ruso Zhúkov, o el inglés Montgomery, quien en varias ocasiones durante la campaña de Africa dijo a sus oficiales que tenía el honor de enfrentarse al mayor estratega del siglo, el "Zorro" Rommel. Desde la antigüedad, la historia nos llena de ejemplos de enemigos que se admiraban, quizás porque lo admirable en todo líder son sus capacidades, su bravura o la entrega a los ideales que encarna o defiende... "Prefiero el respeto y el temor de mis contrarios al halago de mis generales" decía el emperador Guillermo I.
Ayer los argentinos vimos una vez más como la "amistad" de un poderoso puede ser una forma de deshonra, primero por la burla a un mandatario y luego por extensión y representación a todo un país, su historia y su cultura. Con Cristina y Néstor Kirchner fuimos admirados en muchos países y también nos ganamos el encono de otros, pero esa enemistad fue siempre respetuosa, porque sabían que trataban con estadistas, con una mujer y un hombre con altura política y capacidades de estrategia y mando. Ayer Trump en una frase tan cínica como inteligente, puso en el lugar preciso a Macri y la relación que pretende con esta Argentina: yo ocupado de dirigir el mundo y con el poder de pulverizarlo, vos vendiendo limones, es decir, andá a lavar los platos que tengo que mirar el partido con los muchachos.
Y los medios de siempre elogiando la gestión del Ingeniero, aplaudiendo las inversiones en Houston y el dedo en el culo de la patria.
Gracias por la humillación Presidente, una más a la bolsa y para la antología del cipayismo y el vasallaje.