LOS"ISMOS" Y LOS"NEO"
Los movimientos que agrupan simpatías políticas son el producto un conjunto de ideas organizadas que dan generalmente forma a un partido. Esto es, doctrinas con un ideario, principios y objetivos más o menos definidos, tanto en lo económico, como social y político.
Por regla, a esas corrientes ideológicas se las denomina recordando a sus creadores agregándoles a su nombre el sufijo "ismo". Así, a la doctrina creada por Marx se la denomina marxismo, a la de Perón, peronismo, etc.
Luego tenemos a las que se identifican con un conglomerado de concepciones procedentes de múltiples autores, más o menos coincidentes en su visión de la realidad y con intereses comunes, reconocidas, en un intento unificador, como "liberalismo", a las que tradicionalmente se han enrolado nuestros exponentes más conservadores a lo largo de la historia.
En estos tiempos, ha aparecido una vertiente de pensamiento que no cumple con ninguno de esos lineamientos, pues su base no es ideológica, sino fáctica: ya no se apoya en ideas, sino en acciones cuya finalidad es obtener, detentar y conservar el poder, independientemente de los medios que se utilicen.
Esta vertiente no considera el ejercicio democrático como una virtud, y la verdad y su búsqueda son reemplazadas por un utilitarismo pragmático a ultranza. Ganar lo es todo. Dominar, someter, es la meta. Los beneficios que por ello se obtienen, la justificación última para hacer LO QUE SEA.
Aquellos principios que impulsaron las grandes revoluciones de la historia quedaron en el pasado de esa tendencia ideológica: estos nuevos "liberales" a los que hay que agregarles sin falta el prefijo "neo", ya no creen en la democracia tradicional de igualdad, libertad y fraternidad, y las nociones de justicia social, independencia económica y soberanía política son para ellos "piezas de museo" que además obstaculizan definidamente sus propósitos.
Definidos estos conceptos, quiero puntualizar algo que seguramente será resistido por muchos: de la misma manera que no existe algo llamado "macrismo", pues el zángano no creó ninguna doctrina (como si por esos misterios del universo pudiera...), tampoco existe lo que conocemos como "Kirchnerismo", porque Néstor no hizo más que aplicar las máximas justicialistas a su gestión, en correspondencia con su militancia peronista. Obviamente, esa definición es extensiva a Cristina Fernández, que jamás se autodefinió "k", sino "peroncha peroncha", con todo lo que ello implica.
Hago esta aclaración para dejar bien aclarado qué pienso de todos esos que se definen rabiosamente "kirchneristas" y no sólo no tienen puta idea, sino que de acuerdo al viento que sople, flotan en él.
Muchachos/as: lo único que perdura, es el justicialismo de los tres principios, una doctrina política cuya grandeza excedió a su propio fundador y que tuviera su expresión más legítima en Evita, el verdadero espíritu de los ideales de justicia social.